A veces, el día comienza con una pequeña decisión que parece inofensiva, como intentar coordinar mejor mi caos cotidiano.
Puse a mi pequeño en su cuna después de un desayuno movido y decidí que lo mejor era organizar mi Google Calendar con ChatGPT.
Todo genial hasta ahí, ¿no?
Pero una alerta interna se encendió cuando leí la letra pequeña: el modelo podría visitar una web maliciosa y recibir instrucciones para hacer algo indebido (System Prompts).
Me detuve.
Mi primer pensamiento fue sobre nuestro círculo: cuántas veces asumimos que estas herramientas son seguras, sin leer más allá del beneficio inmediato.
¿Te ha pasado?
Buscamos soluciones que nos ayuden a balancear nuestra vida pero olvidamos que la tecnología también conlleva riesgos.
Como madres emprendedoras, ya tenemos suficiente con lidiar con la culpa de no estar cien por ciento en ninguno de nuestros roles.
Añadir temor por comprometer nuestra seguridad es otro nivel de estrés. Yo también me he sentido abrumada por el miedo a lo desconocido y el deseo de proteger mi pequeño mundo.
Y, entonces, la realidad se asoma: no es nuestra incapacidad para entender el sistema, es la falta de información accesible y confiable.
Estamos rodeadas de innovaciones pero hay detalles críticos que se nos escapan.
Muchas sentimos que vamos a contrarreloj intentando entender mientras hacemos malabares entre crianza y proyectos.
La IA no es una varita mágica, pero puede ser una aliada si la usamos con cautela y conciencia.
Sigue las recomendaciones de OpenAI al conectar ChatGPT con tus herramientas de uso diario.
No es cuestión de desconfiar, sino de ser proactivas y proteger nuestros pasos.
Por ejemplo, antes de aprobar permisos, asegúrate de que sabes qué datos compartes y cómo lo hará la herramienta.
Y permítete celebrar esas pequeñas victorias. Solo darte cuenta de estos detalles, leer la letra pequeña, ya es un paso adelante.
Valida esos esfuerzos.
La crianza y el emprendimiento no siempre permiten ver avances inmediatos, pero cada decisión informada suma.
Así que, aquí seguimos, entre teclas y juguetes, desveladas pero aprendiendo.
Este viaje es nuestro, y cada elección consciente cuenta.
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PD: Esto también lo escribo para no olvidarlo yo misma; porque entre el caos y la tranquilidad hay una línea fina que intento mantener, día a día.
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