Me encontraba observando a mi hijo jugar en la sala, cuando de repente, llegó la notificación de Threads.
Una madre preguntaba cómo se puede manejar una jornada de trabajo completa, hacer mercado, y aún así estar presente para sus hijos.
En su tono había un eco de desesperación del que todas, en algún momento, hemos sido parte.
Esa pregunta resonó en mí con la fuerza de un grito silente que venimos arrastrando.
Nos exigimos llegar a todo y, sin embargo, en el camino se nos escapan un café con amigas o incluso un momento para nosotras mismas.
¿Cuántas veces he sentido que sobrevivir es el único objetivo alcanzable del día?
Es una realidad conocida entre nosotras.
Intentamos avanzar en nuestras carreras mientras corremos de una actividad extraescolar a otra, cada tarea doméstica es una batalla más y, al final del día, nos encontramos agotadas y preguntándonos dónde quedó nuestro propio espacio.
Pero hay un problema subyacente: este sistema que parece diseñado para ignorar nuestras realidades.
Un mundo laboral que no entiende de disculpas por enfermedad de hijos ni de sueños rotos entre reuniones y cenas apresuradas.
Nos sentimos como equilibristas, siempre un paso en falso de caer, mientras la culpa nos observa desde las sombras.
Ahora, pensemos por un momento: ¿y si no somos nosotras las que estamos fallando?
Si el problema real es un sistema que asume que siempre seremos las cuidadoras perfectas, las trabajadoras incansables, y al mismo tiempo, madres siempre disponibles.
Aquí es donde la inteligencia artificial comienza a darnos luz.
Imaginen, por ejemplo, un agente de IA que organice nuestras tareas, que programe recordatorios y automatice correos, permitiéndonos un espacio de respiro.
Herramientas como Zapier o Make pueden conectar las aplicaciones que usamos todos los días, facilitando la automatización de recordatorios o incluso pequeñas tareas recurrentes que quitan minutos preciosos.
Una aliada más a la mano:
ChatGPT puede ayudarnos a planificar y hasta a redactar informes simples mientras nosotros disfrutamos de unos minutos más de tranquilidad personal.
No se trata de abandonar nuestras responsabilidades, sino de encontrar nuevas formas de abordarlas sin arrancarnos del todo.
Tal vez, entonces, esa hora de la siesta se pueda convertir en una meditación rápida, en una caminata al aire libre para reorganizar las ideas o, ¡por qué no!, en esa taza de café de la que tanto nos privamos.
Permitámonos celebrar estas pequeñas victorias porque, aunque pequeñas, significan todo en nuestro día a día.
Si bien la IA no es una varita mágica, ofrece un destello de esperanza para hacer nuestra carga más ligera y, tal vez, un poco más justa.
Podremos, juntas, cambiar el 'sobrevivir' por un sonoro 'vivir'.
Porque aquí sigo, un paso más adelante pero a tu lado, aprendiendo y creciendo.
Si esto te resuena, te invito a unirte a la comunidad Flexmom.
Juntas estamos creando un espacio donde nuestra realidad se narra desde la autenticidad y el cuidado mutuo.
PD: A veces me escribo esto a mí misma para recordar que no estoy sola en esta travesía. Sigamos juntas.
Flexmom Education | 2025 Derechos reservados