Navegando en un mar de herramientas: Cómo encontrar el rumbo con IA sin perderse como madre emprendedora

Ayer me senté frente al ordenador, rodeada de juguetes esparcidos y el eco de las risas de mi pequeño.

El caos se ha convertido en mi música de fondo.

Pero lo que realmente me paralizaba no era el desorden habitual, sino la sensación abrumadora de querer abarcar el universo tecnológico con un presupuesto insuficiente y un tiempo que ya no me pertenece del todo.

¿Te ha pasado?

Ese instante en el que sientes que todo gira más rápido de lo que puedes seguir.

Cada día surge una nueva herramienta de inteligencia artificial.

Un programa que promete revolucionar tu forma de trabajar y de ahorrarte tiempo para "hacer menos con más" (algo muy chatgepetiano)

Y tú sientes que debes estar allí, porque sino te quedas atrás (el famoso FOMO), pero no sabes ni cómo dar el primer paso cuando apenas puedes mantener el Canva bajo control.

No sé cuántas veces he mirado la pantalla con esa sensación de que lo que debo hacer me supera.

No solo por el temor a quedarme atrás, sino por la sencilla razón de que el día se me escapa cuidando mi proyecto más importante: mi hijo.

Entre pañales y contratos, el deseo de formación se vuelve un lujo tan irreal como las zapatillas de cristal de Cenicienta.

Nos han vendido la idea de que podemos hacerlo todo, pero pocas veces se habla del precio emocional que eso implica.

No estamos fallando por no estar en todos los lugares al mismo tiempo, sino porque los sistemas no están pensados para quienes, como nosotras, llevan múltiples sombreros.

¿Y si no somos nosotras las que debemos cambiar el enfoque?

La tecnología no es el problema.

Pero saber elegir las herramientas correctas sí puede ser una ventaja competitiva y que haga una diferencia en nuestro negocio.

Porque sí, la IA puede parecer un monstruo tecnológico, esos minicerebros que prometen maravillas.

Pero también pueden ser un compañero para esas tareas que nos quitan minutos preciosos, como programar tareas sencillas o crear en un menor tiempo.

Tres palancas para tu emprendimiento.

No importa si sigues diseñando en Canva; lo importante es aprender a ser estratégica.

Más vale una herramienta dominada que ciento por dominar. Así que si Canva te va bien ¿para qué cambiarla por otra app de turno que te promete algo que no sabes si será cierto o no?

La simplicidad puede ser tu segunda palanca.

Una sola herramienta te puede ahorrar mucho.

¿Realmente necesitas aprender esa herramienta cuando con tu calendario ya te organizas medianamente bien?

Hazte una lista de las 3-4 apps imprescindibles en tu negocio e invierte tiempo en dominarlas.

A veces no le damos valor a lo básico cuando en realidad, en lo simple está la clave del éxito.


Estrategia y simplicidad como lemas de vida.

Lo mejor de empezar con lo básico es darte el permiso de avanzar hacia herramientas que te ayuden a automatizar, tu tercera palanca.

Con toda la tecnología que disponemos a nuestro alcance ¿cómo es que no estás automatizando procesos de tu negocio?

A veces, el superpoder está en dejar de ser la superwoman que todo lo hace manualmente.

Porque si un día logras un paso, así sea abrir una nueva herramienta y juguetear con ella hasta comprender su uso, ya es una victoria digna de ser celebrada.

El avance no se mide por los kilómetros, sino por los pasos firmes en la dirección correcta.

Sigo aquí, prometiéndome no rendirme.

Y tú, que lees esto mientras la taza de café deja una marca en tu mesa o en tu posavasos, no estás sola.

Gandhi decía que más vale un paso simple pero sincero en la dirección correcta que todo un plan sin pies ni cabeza.

Si sientes que este relato es un poco tuyo también, únete a Flexmom.

Allí estamos para crear, para crecer, para acompañarnos en este camino que sabemos no es recto, pero sí lleno de vida.

P.D.: Siempre me escribo con la piel en carne viva. No tengo todas las respuestas, pero prometo seguir buscando.

Comienza por aquí

Emprender con Inteligencia Artificial